El camino de aquiles

Lamentablemente para tu triste situación te encontrabas en una ciudad completamente en silencio, muy posiblemente por la hora en la que habías llegado pues los primeros rayos del sol apenas si penetraban la espesa capa que formaba la niebla sobre esta.

A lo lejos podías observar los cimientos de una ciudad de edificios completamente blancos, pero sobre todo bastante viejos y ensuciados de ollín , claramente se notaba el abandono...

Aún así a lo lejos podías escuchar el sonido de una campana, posiblemente viniera de una iglesia del pueblo.

Te adentraste a las entrañas de tan extraño reino siguiendo el camino empedrado que se encontraba a unos cuantos metros del mismo muelle al que habías llegado, y tal como observaras tan atinadamente el lugar parecía estar bastante descuidado, pero no solo eso, el olor a carbón te delataba que hace mucho había sucedido un terrible siniestro que los mismos ciudadanos no quisieron reparar o simplemente no pudieron.

Más abandono, trozos de madera tirados por doquier, muchos escombros a tu paso e incluso algunos muebles achicharrados por un fuego de hace mucho tiempo pues apenas el contacto con algo sólido bastaba para desmoronar con facilidad lo que anteriormente pudo haber servido como un soporte para algo bastante pesado.

Conforme avanzabas el constante sonar del golpeteo del badajo de la campana podía escucharse aún más nítido. Y como no escucharlo si el edificio se encontraba a unos cuantos metros de tu actual posición. Con las enormes puertas de hierro abiertas de par en par como invitando a los transeuntes a que pasaran a las instalaciones.

El sonido de la campana cesó bruscamente apenas estuviste afuera del enorme edificio. Tal como esperabas en el interior del deteriorado inmueble se encontraba una persona con una lámpara de petroleo en la mano y una máscara de gas cubriendo su rostro.

Detrás de aquella persona un par de sujetos con una máscara similar cargaban de manera conjunta una camilla con una persona cubierta completamente por una sábana blanca, esto por supuesto no daba ningún buen augurio, mucho menos cuando el primero de ellos desenfundó un revolver apenas te vio.

-¿Quién eres y que haces aquí en Flevance?-

Los camilleros se voltearon a ver entre ellos, por lo poco que no tapaba la máscara de sus rostros te percatabas que ellos se miraban con cierta desconfianza y sorpresa ante tu pregunta, era claro con esto de que no eras de la región o sospechoso.

Pero no te quedarías con las dudas, apenas los 3 tipos presentes se decidían a hacer algo ante tu presencia, uno más aparecía por tu espalda. Este medía cerca de tres metros de estatura y con una voz bastante grave se limitaba a contestar.
-Esta reino fue completamente erradicado por ordenes del gobierno mundial, todo debido al mal contagioso provocado por el plomo ambar. Es algo que la gente no entiende dado que es algo relativamente viejo y que se ha logrado mantener silenciado durante mucho tiempo. Un tiempo en el que solamente tú haz venido tras la masacre de hace 85 años-

Cambiando repentinamente de tema, el sujeto te arrojó una mascarilla similar a la que ellos portaban antes de pasar de largo e irse con el grupo de tres que anteriormente te habías encontrado.

-Suban eso a la carreta muchachos, y tu jovencito, deberías de marcharte pronto, para el día de mañana este lugar volverá a desinfectarse...¿Entiendes lo que digo ?-

Esta vez todo tono amable de parte de aquel enome sujeto se desvaneció, al menos esa fue la impresión que su tono de voz expresó al momento que volteaba a verte, suspiraba con cierto desprecio y de nuevo te dirigía la palabra para advertirte.

-No, no puedes acompañarnos, y mejor lárgate, que nada más que nosotros estamos autorizados para estar aquí, no me hagas desperdiciar una bala más- mencionó el sujeto mientras señalaba el cuerpo de aquella persona que sus hombres transportaban a una carreta.

Cuando estabas a punto de marcharte una voz en el interior delató quizá el motivo por el que aquellos sujetos habían venido. -Jefe....¡Encontramos el plomo ámbar -

Empezaba a tornarse un poco tedioso, pues como si se tratara de pescar primero te soltaban bastante cuerda con información que pareciera ser importante pero de tajo te cortaban dicho suministro al ignorarte y menospreciarte por completo.

El jefe del escuadrón al darte la espalda dejo ver un logotipo que conocias bastante de sobra, era un emisario del gobierno mundial que había venido por ordenes de ellos. ¿Para qué razón? ese era el misterio pues a pesar de que todos los escombros del anterior reino de Flevance estaba compuesto por el mismo plomo, estos solo se mostraban interesados por el compuesto que se encontraba bajo suelo.

Harris, uno de los sujetos que se había encargado de transportar un cadaver en la camilla regresaba corriendo y con una aparente desesperación en su tono de voz puesto que su traje se encontraba rasgado con bastante violencia y el temor invadía su mirada.

-Comandante....¡Los revolucionarios están aquí...-Pero Harris no pudo terminar con su reporte pues un certero tiro en la cabeza terminó por arrebatarle su vida.

Damon Charming, el capitán de la región noreste de la armada revolucionaria dentro de estas débiles aguas era quien encabezaba aquel movimiento de ofensiva contra los agentes del gobierno mundial a quienes se proponían rechazar de la zona o matarles, lamentablemente al encontrarte tu entre ellos y con la mascara de gas proporcionada anteriormente por aquellos tipos que coincidieron que tu eras también un enemigo para la revolución.

Los agentes apenas si pudieron reaccionar, ante un escaso número de elementos contra una brigada completa de revolucionarios optaron por usar toda la artillería para realizar la mayor cantidad de bajas antes de enfrascarse en una reyerta mano a mano o metal contra metal.

Apenas y si tenías el tiempo suficiente para hacer algo para cambiar la opinión de aquella mayoría o de lo contrario tendrías que involucrarte en la pelea sin ninguna opción.

Un poco drástico, pero acertado el movimiento que el joven Aquiles había decidido dar. Había echado mano de su inteligencia para poder ser descartado como una amenaza para el contingente mejor armado y que claramente dominaría el pequeño enfrentamiento.

Cuando los enemigos por fin fueron derrotados unos cuantos soldados rebeldes de la revolución te levantaron por la fuerza pero abandonaron su actitud hostil en cuanto se percataron que bajo la nieve que prácticamente te cubría, tus ropas no coincidían ni con la región ni con los uniformes de aquellos enviados por el gobierno mundial.

-Soy Charming-gruñó el enorme comandante de aquellos revolucionarios al tiempo que te ofrecía la diestra-Me parece que llegamos justo a tiempo para rescatarte, ahora dime ¿Qué hace aquí un arqueólogo, en una tierra prohibida al mundo entero, cuando el gobierno mundial ha declarado abiertamente la guerra contra todos que practiquen tu oficio?-

Mientras tanto los revolucionarios empezaban a quemar los cuerpos para evitar algún brote de peste por la putrefacción de los muertos.

El sujeto estrechó tu mano, después empezó a escuchar con detalle tus comentarios, quedando un poco contrariado por tu pregunta respecto a tu familia, Aquiles en el mundo habían cientos, por no decir miles, pero quizá si les mencionaras tu linaje podrías tener quizá mejores oportunidades sobre información.

Así como estaba acostumbrado a ser, Charming se rascó la cabeza mientras contestaba con total sinceridad.
-No tengo ni puta idea de quien sea tu familia, aunque nuestro objetivo es recuperar espacios que los marinos y agentes del gobierno han estado ocupando por la fuerza en sitios no afiliados a su organización, si quieres venir con nosotros eres bienvenido, quien quita que en una de esas encontremos a tus familiares-

Sin siquiera esperar alguna respuesta el sujeto te arrojó una espada, posiblemente fuera más un sable por la empuñadura de este, pero de menos ya no estarías a expensas de encontrar un palo o una roca con que defenderte-Estarías bajo la protección de la armada revolucionaria, no es mucho pero comida y un techo para dormir no te faltarán, no siempre es estar luchando tampoco y podrías volver a tu vida normal cuando quisieras, siempre y cuando nos prometas silencio a lo que se te confie...¿Y bien?, nosotros nos marcharemos mañana, si quieres venir esperaremos aquí-

Contento con tu rápida decisión el sujeto dejó escapar una grotesca pero breve carcajada, mientras que casi te partía la espalda tras un breve gesto de afecto, muy común entre viejos camaradas como era el palmear tu espalda, era lógico que con semejante tamaño no midiera correctamente su fuerza o bien, solo quería ser tosco contigo.

Lamentablemente Charming no sabía nada pero a tus espaldas un sujeto se atrevió a levantar la voz al escuchar tu apellido y dejando de lado sus obligaciones se acercó a ti para preguntar:
-¿Haz dicho Redmoon?¿Eres del North Blue? Quizá yo pueda ayudarte a desentrañar los misterios de tu búsqueda...¿De casualidad tienes una marca entre tus nudillos?-

El tipo arqueó una ceja como si no quisiera creer que lo que mencionabas era cierto, sobre todo por el pequeño detalle que explicó al principio respecto a la palabra familia, a lo mejor cumplía con la orden del patriarca de su clan

-Sí, parece ser que no tienes ni puta idea de tu linaje, estamos buscando a todo tu clan pues la familia Fullmoon debe juntarse para el proximo "Armandusber", una mision que debemos cumplir cada 20 años-